El ejemplo de políticos de nuevo cuño vinculados íntimamente con la Universidad y el conocimiento como son Pablo Iglesias e Íñigo Errejón (Podemos), Pedro Sánchez y José Carlos Díez (PSOE), Oriol Junqueras (ERC) y Anna Gabriel (CUP), por mencionar solo algunos casos paradigmáticos en el panorama nacional, nos ponen sobre la pista de lo que está sucediendo alcanzando posiblemente uno de sus puntos álgidos en el momento actual. Si bien es una práctica que lleva gestándose desde hace años, ha sido con la formación “morada” cuando se ha sentido con mayor intensidad su poder e impacto. Todos confluyen en la búsqueda de la toma del Estado.
Atónitos, los nacionalistas europeos miramos hacia otro lado. Bien por no contar con los componentes necesarios para dar un salto de tamaña envergadura en España, actitud que al menos implicaría una conciencia, bien porque seguimos dando a la formación un valor irrelevante e incluso de rechazo por parte de un destacado número de dirigentes. Los nombres de personas reconocidas y próximas a la Disidencia se cuentan con los dedos de las manos, totalmente residuales, y su presencia en convocatorias no alineadas resulta en muchas ocasiones hasta abusiva y ejemplarizante del problema al que nos enfrentamos. El linchamiento público tal vez limite un número mayor de cabezas visibles, aunque tampoco está de más recordar la máxima de Platón que afirma que «Un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre». Entre otras posibilidades esta ausencia, llamemos las cosas por su nombre, es un nítido reflejo del grado de evolución y desarrollo no solo de los que las abanderan, también de las ideas. En definitiva, un panorama a todas luces desolador tanto por su número como por su intensidad.
Ante esta coyuntura solo nos queda seguir apostando por la formación. No es prescindible ser académicos, pero sí resulta fundamental disponer de unos conocimientos profundos para poder llevar a cabo un análisis meticuloso de lo que ha sucedido y está sucediendo. Entonces podremos ofrecer una valoración crítica -y autocrítica- feroz para optar a transformar la realidad que nos rodea.
Seguir con las prácticas actuales deriva únicamente en posicionamientos efímeros, de “charanga y pandereta” siguiendo a A. Machado, y en la construcción de la casa por el tejado como se afirma popularmente. En sentido literal como figurado.
Repetimos: El conocimiento como vía de acceso a la Conquista del Estado.