“Pronto, querido padre”, le dije, “súbete sobre mi cuello, yo te llevaré en mis hombros, y esta carga no me será pesada; suceda lo que suceda, común será el peligro, común la salvación para ambos. Mi tierno Iulo vendrá conmigo y mi esposa seguirá de cerca nuestros pasos. (…) Tú, padre mío, lleva en tus […]