Debes ir una tarde de domingo, cuando Venecia muere un poco menos. A pesar de los niños solitarios, del rosado enfermizo de los muros, de los jardines ácidos de sombras, debes ir a buscarle aunque no te hable. (Olvidarás que el mar hunde a tu espalda las islas, las iglesias, los palacios, las cúpulas más […]