«El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir».
Miguel de Cervantes
Han pasado ya cinco años desde que se lanzó a la palestra del pensamiento crítico la asociación cultural OHKA. El colectivo y su músculo emergió tras la suma de espíritus inquietos de diversas procedencias, pero unidos bajo una misma concepción y ánimo de Resistencia. Mentes rebeldes que pensábamos y sentíamos de manera similar, marcados por una ética y por un estilo particular, a los que nunca hemos renunciado. Así se constituían las ‘minorías audaces’. Desde entonces, bajo unas siglas y un logotipo innovadores, aunque también cargados de tradición, nos hemos ido abriendo paso poco a poco. Conscientes de ser una fracción, frente a un entorno cada vez más polarizado compuesto por reaccionarios y globalistas, mostrándonos indiferentes a su apatía. Y todo esto se desarrolló en sus orígenes alrededor de una librería, proceso singular en el ámbito disidente hispano, y a una comunidad que no cede. En este lustro se han organizado un importante número de conferencias, jornadas, certámenes, presencia permanente en la red, en web y redes sociales, revista y material propio sobre metapolítica, arte, pensamiento, identidad, etcétera, con múltiples asistentes y protagonistas de prestigio intelectual…, pero no hay espacio para la congratulación. No puede existir ante tanta desolación y amargura. Ser la única asociación estrictamente cultural de la “otra” España, sin experimentos vacíos o juegos de malabares, es una enorme desgracia cuyas consecuencias se entrevén cada vez más. Y ante los nuevos aires que soplan y barbullan, reclamamos tanto nuestro propio derecho como el de otras asociaciones análogas a la autonomía, a luchar por la vía reflexiva y espiritual como otra arma más cargada de futuro.
No lanzamos ninguna llamada, no reclamamos nada a la sociedad, no somos la última esperanza.
Somos OHKA.