Mediáticamente descartado el origen esclavista del Black Friday (teoría políticamente incorrecta de cara a la opinión pública), hoy volvemos a sentirnos obligados a comprar… ¿Por qué? Porque bajo el imperio del ‘american way of life’ y su mórbido consumismo es esta la fiesta atribuida a esta jornada, al igual que hace un mes, en nuestras escuelas, a los niños se les invitó con una sonrisa terrorífica a celebrar ‘halloween’.
Según la teoría del origen esclavista del Black Friday, en esta jornada se producía una rebaja en el precio de venta de los esclavos africanos. La figura del esclavo a día de hoy sigue muy vigente. El protagonista, sin duda, sigue siendo esclavo. Sin embargo, este esclavo de hoy no lleva cadenas en sus tobillos ni sogas en sus cuellos. De hecho, viste a su antojo, pero en su cartera porta una tarjeta con la que deberá pagar tributo por comprar cosas que no necesita.
Hacemos, por último, referencia a la próxima Cumbre del Clima, que se celebrará en Madrid, ya que suponemos que no pondrá el ojo en estas absurdas jornadas consumistas, que contaminan al planeta y al espíritu.
La bajada de precios necesita una mayor producción para satisfacer el incremento de la demanda, y por tanto, mayor contaminacion por parte de la industria manufacturera de bajo coste en el sudeste asiático. Pero estas ideas van contra el libre mercado del que hacen gala la mayoría de países de la ONU y, por tanto, el clima puede esperar sentado.
El consumismo te consume
OHKA minorías audaces.